El alavés atacó “para lanzar a Froome o ganar en el Izoard”, pero no pudo atrapar a Barguil y debió arropar a su líder hasta la meta.
J.A.Ezquerro Seguir Francia Actualizado a las: 20 julio 2017 18:24h CEST
A cuatro kilómetros para coronar el Izoard, Mikel Landa atacó y cogió unos 20 segundos de ventaja sobre su líder, Chris Froome, y el resto de los favoritos: “Se trató de un movimiento
pactado con el equipo. Debía lanzar a Froome para vencer él o yo. Lo
buscamos todo: etapa, podio y aumentar la renta en la general.
Queríamos que los demás se vieran obligados a un trabajo que nos podía
permitir alcanzar los objetivos”. Sin embargo, los planes no salieron:
“Pese a que no logramos la victoria, el Tour está prácticamente ganado”.
Landa confía en el maillot amarillo: “Aunque
queda Tour hasta la última línea de meta de París, creo que
sentenciamos. La crono favorece a Chris, que se encuentra muy fuerte para rematar”. Cuarto de la ronda gala, a 1:36 de Froome, Bardet le saca 1:13 y Urán, 1:07: “Me resultará casi imposible alcanzar el cajón. Pierdo más de un minuto con dos corredores muy fuertes. Pero no bajo los brazos, siento curiosidad por disputar esa contrarreloj de Marsella. Ascendí un puesto a costa de Aru… y por qué no soñar”.
Aunque por la mañana, en la salida de Briançon, Landa se mostraba
animado por su “buen momento de forma” y la intención “de dar un golpe
de autoridad con el Sky”, confesó lo difícil que le parece
correr supeditado a los intereses de un jefe: “Mi dilema está entre lo
que la gente desea y lo que tengo que hacer. Ya sabía a lo que
venía al Tour, pero cuesta ver que no hay un premio para mí”. Aun así,
el balance que extrae “es para alegrarse”: “Froomey va primero y yo
marcho cuarto a falta de tres días”.
Fuente:www.as.com
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